Para quienes no tiene síntomas ni factores de riesgo de problemas oculares:
Los adultos sin síntomas ni factores de riesgo de enfermedades oculares deben hacerse un examen de línea de base para detección de enfermedades alrededor de los 40 años. Los signos iniciales de la enfermedad y los cambios en la visión pueden empezar aproximadamente a esta edad. Su oftalmólogo le indicará la frecuencia con que deberá hacerse un seguimiento de los exámenes con base en los resultados de estas pruebas de detección. Su oftalmólogo comparará los resultados de sus pruebas de detección de línea de base con los resultados de sus futuros exámenes.

Para quienes tienen síntomas o factores de riesgo de enfermedades oculares:
Quienes a cualquier edad tengan síntomas o factores de riesgo de enfermedad ocular es necesario que consulten a un oftalmólogo de inmediato para determinar la frecuencia con que deben hacerse exámenes. Quienes se encuentren en este grupo no deben esperar a tener 40 años para hacerse un examen de detección de línea de base.

Estos factores de riesgo incluyen:

diabetes,
hipertensión, o
historia familiar de enfermedad ocular.
Si ya ve a un oftalmólogo para tratamiento de una enfermedad en proceso o una lesión, no se detenga ahí. Cumpla también con sus citas de control para exámenes visuales, para anteojos o lentes de contacto.

El hacerse exámenes de detección de salud ocular a los 40 años es algo así como hacerse una mamografía o un estudio de detección de problemas de colon a los 40 o 50 años, respectivamente. Los adultos deben adoptar medidas similares para mantener su salud ocular a medida que envejecen.

El 7 de abril es el Día Mundial de la Salud, y este 2021 ha sido designado por la OMS como el Año Internacional de los Trabajadores Sanitarios y Asistenciales para reconocer y agradecer la inquebrantable dedicación de estos trabajadores en la lucha contra la pandemia de COVID-19.Desde Fundación Vista para los Ciegos rendimos homenaje a los profesionales de la salud que desde el comienzo de la pandemia realizan un enorme esfuerzo para el efectivo acceso a la salud de todos y todas.

El más reciente informe de la Comisión de Seguridad de los Productos para el Consumidor encontró que el 14% de las lesiones por fuegos artificiales se produjeron en los ojos. En los casos más severos, los fuegos artificiales pueden romper el globo ocular, producir quemaduras químicas y térmicas, abrasiones corneales y desprendimiento de retina — todas las cuales pueden causar daño ocular y pérdida de visión permanentes.

Las víctimas suelen ser niños y adultos jóvenes. El 36% del total de lesiones se presentó en niños de 15 años y menores, según el informe de la comisión. Y la mitad de las lesiones que requirieron atención en una sala de urgencias se presentaron en personas de 20 años o menos.

Aún las estrellitas pueden ser peligrosas ya que se queman a una temperatura de más de 2.000 grados Farenheit y son responsables de 1.200 lesiones según el último informe; además, un accidente con una de estas estrellitas produjo una de las muertes reportadas en el informe de 2017.

Los lesionados por fuegos artificiales no son los que están manejando necesariamente los explosivos. De hecho, el 65% de las personas lesionadas por fuegos artificiales fueron simples espectadores, según otro estudio. Las estadísticas no mienten. Los niños y personas que no manejan los fuegos artificiales están en igual riesgo que las personas que realmente los encienden.

Las diferentes actividades y deportes tienen diferentes niveles de riesgo de lesiones oculares. Asegúrese de utilizar el tipo de protección ocular adecuado para cada actividad. Los anteojos regulares no ofrecen protección ocular adecuada y si se rompen, en algunos casos pueden empeorar la lesión.

Sea cuidadoso durante las actividades o juegos que involucren proyectiles y otros objetos afilados que podrían crear lesiones si entran en contacto con el ojo.

Si tiene una lesión ocular, vaya a la sala de emergencias de inmediato, incluso si la lesión parece menor. Retrasar la atención médica puede provocar pérdida permanente de la visión o ceguera.

Una prueba de campo visual puede determinar si tiene puntos ciegos (conocidos como escotomas) en su visión y dónde están. El tamaño y la forma de un escotoma pueden mostrar cómo lo puede estar afectando su visión una enfermedad ocular o un trastorno cerebral. Por ejemplo, si tiene glaucoma, esta prueba ayuda a mostrar cualquier posible pérdida de visión lateral (periférica) debida a la enfermedad.

Los oftalmólogos utilizan también las pruebas de campo visual para evaluar cuál puede ser la limitación visual por problemas de los párpados como una ptosis o un párpado caído.

Fuente: https://www.aao.org/salud-ocular/consejos/prueba-de-campo-visual